Desde que se mudó a su bucólica cabaña pastoril, todo cambió con Cristal.

Absolutamente todo era fastidioso. Las barras de hierro de la barbacoa, él las quería a lo largo y ella a lo ancho. Los postes del cenador, ella los quería por fuera de la, y el los quería por dentro. La ventana del invernadero, ella que abriera para fuera, el que abriera para adentro.  La carretilla, ella lo quería, él atravesado. Y los Gritos.

Entonces, esa tarde, en un raro silencio entre dos de gritos, Mauricio recogió con manos trémulas  la primera berenjena del huerto, un domingo 30 de agosto.  ” Mira esta hermosura. La berenjenas son mágicas”, se dijo. milagros de berenjena en todo el planeta. Las rajan en dos y aparece dibujado con pepitas el nombre de Allah o la cara del Cristo.

En la cocina, la hermoso color, cómo extraen las plantas de la parda tierra ese púrpura brillante. Pero la paz se rompió cuando ella dijo:

La berenjena mejor la cocinamos con cáscara

Pues yo la prefiero pelada.

Entonces se dio cuenta. No era posible que. Qué òsibilidades tienen dos personas sobre el planeta de estar 100 por ciento en desacuerdo sobre cualquier decisión, eleccion.  NInguna, a no ser que seas víctima de un hechizo de separación. Aquella fue La epifanía de la berenjena.

En el jardín había una brunfelsia, con sus campanas. El árbol de los chamanes más. Las ramas del borrachero le dirían quien fue el autor del mal.

Un ahoja debajo de cada almohada.

Cayó de pronto en un agujero, una fosa profunda, de cientos de metros hacia lo más profundo de la tierra. palpó una calavera. Una cbeza de muerto con el cuero aún adherido y cuatro pelánganos tristes. Quien eres, quien eres.

A la mañana recibió un nombre: Mamen Armas.

Se acordo de que esta mujer tinerfeña, bruja, congelaba las medallas de sus políticos en el refrigerador, para. Henchida, aburrida, fibromialgia, amargada por su maternidad precoz y su abuelez temprana.

Es ella, se dijo. Ahora hay que deshacer el hechizo.

Tres alfileres, tres dientes de ajo, 12 cucharadas de agua, 13 cucharadas de sal, unas gotas de aceite de girasol. >Cuidado de no verter nada, nadita.

No le gustó.

Fue al cementerio más cercano.

 

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